A las 6 de la mañana, mi esposo me empujó fuera de la cama. Al principio pensé que fue un accidente, hasta que volvió a pasar al día siguiente. Todo empezó cuando fuimos unos días a la casa de su madre en el pueblo.
Llevamos casados solo medio año, pero después de eso decidí pedir el divorcio. Me quedé en shock cuando supe por qué mi esposo decidió empujarme de la cama. Aquí les cuento nuestra historia ⬇️⬇️
Crecí en la ciudad. Nunca tuve que levantarme temprano. Ahora trabajo para una empresa extranjera, y cuando ellos tienen día, aquí es noche. Por eso suelo pasar tiempo en la computadora por la noche.
Mi esposo, Senya, creció en el pueblo y está acostumbrado a madrugar. Aunque llevamos tiempo viviendo juntos en la ciudad, sus hábitos quedaron: cada mañana, a las seis en punto, él exige huevos fritos y café.
— Yo siempre desayuno a las 7 de la mañana — me dijo cuando nos conocimos.
Solo sonreí. ¿Qué tiene eso de raro? Además, podía dormir bien después de trabajar de noche.
Vivimos juntos medio año y todo nos parecía bien. Yo le cocinaba cuando no me olvidaba, y nos entendíamos. Antes de la boda, pensaba que todo estaba bien.
Pero luego fuimos a casa de su mamá. Ella vive en un pueblo pequeño. Su casa es vieja pero acogedora. Me alegré al verla por primera vez.
Esperaba que todo fuera como en las películas: ambiente familiar, pasteles caseros, charlas cálidas con té. Pero en unas horas me di cuenta de que estaba muy equivocada. Su madre aprovechaba cualquier ocasión para hacerme comentarios.
Pero la verdadera pesadilla empezó a la mañana siguiente.
— Hay que despertarla como estamos acostumbrados — dijo la suegra, cuando desayunaban sin mí. Me enteré después. Mi esposo decidió seguir las “tradiciones” y consejos de su madre para enseñarme a levantarme temprano.
Para ser honesta, cuando me empujaron de la cama por primera vez pensé que fue un accidente.
— ¿Por qué haces eso? — estaba asustada y en shock.
— ¡Es que no te despiertas con la alarma! Mamá dice que así es mejor.
— Senya, ¡yo trabajo de noche! ¡No puedo levantarme tan temprano!
— Pero en nuestra familia es así — respondió mi esposo como si fuera lo correcto.
Al día siguiente volvió a pasar. Mi esposo y su madre parecían burlarse de mí.
No entendía cómo mi esposo cambió tan rápido por la influencia de su madre.
Cuando volvimos a casa, era como si él fuera otra persona. Solo repetía que así es lo correcto. Que su madre nunca aconsejaría algo malo.
Entonces entendí que mi esposo y yo somos demasiado diferentes.
Ahora quiero divorciarme. No tengo fuerzas para soportar más.
¿Y ustedes qué harían? ¿Perdonarían o estoy apresurándome con el divorcio?
