Probablemente ya has estado en esta situación.
Tomas una decisión de último minuto que te hace desviarte ligeramente de tu trayectoria habitual. Cambias tu café de siempre o sales un poco antes del trabajo. El más mínimo cambio en tu rutina diaria puede tener un efecto profundo. Tal vez te encuentras inesperadamente con una persona que no veías desde hace años, o llegas a casa más temprano del trabajo y descubres que tu pareja te ha estado engañando.
A veces, los cambios son pequeños… y otras veces, son monumentales.
Algo así fue lo que le ocurrió a Malissa Sergent Lewis cuando tomó una ruta diferente para ir al trabajo una mañana del verano pasado.

Malissa Sergent Lewis iba tarde para trabajar en su escuela primaria en Kentucky una mañana del verano de 2016. Quería llegar más rápido, así que decidió tomar un camino secundario en lugar de la carretera principal.
Y Malissa siempre estará agradecida por haber tomado esa decisión.

Aquel día, el camino estaba completamente vacío, salvo por una cosa: una bolsa de basura.
Pero no era una bolsa cualquiera. Parecía estar viva.
«Vi esa bolsa de basura en medio de la carretera y me dije: “¿Acabo de ver esa bolsa moverse?” Cuanto más me acercaba, más me daba cuenta de que realmente se estaba moviendo».