Mi hija me dejó a mi nieto y desapareció sin dejar rastro. Tres semanas después, sonó una llamada que cambió mi vida.

Interesante

Desaparición misteriosa de mi hija: el nieto dejado atrás, inquietantes hallazgos y una llamada que cambió todo

Cuando mi hija me pidió de repente que cuidara a mi nieto por un par de semanas, sentí una ligera preocupación, pero no le di mucha importancia. Jane siempre había sido una persona espontánea, a veces impredecible, pero ya estaba acostumbrada a sus decisiones repentinas. Sin embargo, ese día algo en su comportamiento me inquietó más de lo habitual.

Estaba cansada, sombras de preocupación se veían en su rostro y en sus ojos se leía un dolor oculto.

— Mamá, necesito irme urgentemente por trabajo, ¿podrías cuidar a Tommy? —su voz sonaba tranquila, pero sus manos temblaban traicioneramente al poner la bolsa en el suelo.

Miré a mi nieto, que ya corría emocionado hacia la habitación, y respondí, aunque algo dentro de mí se inquietó:

— Claro, querida. ¿A dónde vas?

— Es solo trabajo, un proyecto importante… —respondió rápidamente, evitando mi mirada.

Sus dedos jugueteaban nerviosamente con el borde de su manga y su voz parecía artificial.

— Jane, ¿estás segura de que todo está bien? Puedes contarme si algo pasó.

Ella se detuvo por un segundo, como si quisiera decir algo, pero luego sonrió forzadamente:

— Todo está bien, solo estoy cansada. Gracias, mamá. Volveré pronto.

La abracé, esperando que me dijera la verdad, pero en lugar de eso, Jane salió apresuradamente.

Señales preocupantes

Los primeros días disfruté del tiempo con Tommy, pero la preocupación no me dejaba en paz. Mi hija no llamó, aunque había prometido hacerlo. Intentaba convencerme de que todo estaba bien, pero mi intuición me decía lo contrario.

Y luego ocurrió lo que temía.

Tommy derramó jugo sobre su ropa y fui a su maleta a buscar ropa limpia. Pero al abrirla, me quedé petrificada. En lugar de ropa ligera para unas semanas, encontré ropa de invierno: un abrigo grueso, calcetines de lana, botas de goma. Esto no parecía una simple escapada.

En el fondo de la maleta, encontré un sobre con mi nombre. Dentro había dinero. Una gran suma. Mucho más de lo que necesitaría para un viaje corto.

El miedo me invadió.

Inmediatamente llamé a Jane, pero su teléfono estaba apagado. Dejé un mensaje de voz:

— Jane, soy mamá. Llámame urgente. Estoy preocupada.

No hubo respuesta.

Desaparición

Llamé a sus amigos, colegas, incluso vecinos, pero nadie sabía dónde estaba. Jane parecía haberse desvanecido en el aire.

Tres semanas pasaron en ansiedad. Tommy era demasiado pequeño para entender lo que ocurría, pero sentía que su madre no había desaparecido sin más.

Y entonces sonó el teléfono.

Pegué la auricular a mi oído y la voz al otro lado me hizo sentir como si mi corazón se estrechara.

— Mamá, perdóname… No pude llamarte antes…

Lo que escuché después cambió toda mi vida.

Оцените статью
Добавить комментарий